Juro que no escuché a Lorenzo Meyer sino tras hacer caso al sentido común: Inicia un posible cambio de régimen como el francés con Napoleón III.
El triunfo de AMLO nos remitió a todos al maderismo. ¿Vendrían luego Huerta, Zapata, Villa y los constitucionalistas cuyo triunfo continuó nuestros años mil ochocientos? ¿Se tendría finalmente un 1921 reditado? ¿Y las masas campesinas armadas que tres lustros después devendrían en cardenismo y así enseguida, y sin proponórselo, en priato?
¿O debíamos remitirnos al propio 1934-1940? Mal andaban las cosas, si ese era el caso, pues los cardenistas veían claro, se precisaban movimientos sociales muy activos en cada sector, y Obrador siente desprecio por ellos y a cambio alimentó una organización electoral semi desclasada?
Hoy no queda duda: sobre una opinión pública beligerante obra en esencia la misma clase política formada entre la dictadura perfecta y el neoliberalismo. Basta revisar los consecutivos gabinetes 4T. Añádase ese amasijo fuerzas armadas-crimen organizado, que nadie sabe bien a bien hacia dónde camina.
El pueblo vota y clama, nada más, mientras los entretelones siguen decidiendo.