viernes, 6 de agosto de 2021

Noche

"Para entonces la historia (...) corría de pueblo en pueblo. Todas las noches al salir la luna, los beduinos se la contaban al amor de sus hogueras, y cada vez que pensaban en Simbad creían oír el rumor de las olas en medio del desierto." Simbad el marino.

Eso va como entrada en uno de los cuadernos, sirviendo a cierta intención narrativa. Detrás, la noche misma, cuyo sentido persigo ahora. "Y hemos gemido largamente" en ella, escribió alguien a quien cito para asomarnos tiempos insoportables. 

En otra nota creo asistir al surgimiento de un nuevo reino nocturno en nuestra capital, tras la Revolución, y su estereotipo:  “Cuando la noche lo envuelve,/ México sueña despierto,/ porque de sombras cubierto/ vive su vida mejor./ Al cintilar los luceros/ y los faroles primeros/ como por milagrería,/ regando alegría florece el amor”. 

Cinco décadas después allí mismo, cuando termina cada jornada veo por la ventana los cadáveres que ascienden en sombras, producto del diario asesinato del deseo. Antes:  

Se hace noche y descubro el silencio sin elocuencia, regodeo de los demonios que conozco desde niño, cuando cierran la puerta para el privilegio del amo, yo, proclaman, y los trescientos metros cuadrados son cárcel donde paseo certificando que existe la nada (...) El vacío viene de fuera y encuentra el mío... 

Y después: Nuestros ojos de ciudad enceguecen y al descender en lo alto nos cae encima una noche opresiva. 

"La estricta separación que hoy observamos entre Ciencia, Filosofía y Religión en Occidente tiene una explicación histórica ubicada en los excesos filosóficos de la Grecia Clásica, los excesos teológicos de la Europa medieval y los excesos cientificistas del modernismo", escribe un especialista. Siguiendo sus recomendaciones busco el sentido de la noche en la India Antigua, distinta por fuerza, quiero creer, a esa que durante siglos y bosques adentro y afuera para Europa occidental -si tal existe en el mundo grecolatino- hizo poblarla de brujas, quienes quizá representaban el espíritu femenino liberado y así terrible amenaza.

Arsenalskaya
"
Numerosos-as autores-as informan que las mujeres tenían un estatuto importante durante el periodo védico." ¿Y la noche? ¿Realmente se identificaron en algún momento unas y otra?

Me cuesta trabajo ubicarla en la literatura hindú y los ensayos sobre esa cultura cuyo devenir reúne impulsos venidos de muchos sitios. A cambio encuentro sugerentes citas bíblicas:

"Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche. Salmo 90:4 "Esta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe.
" Salmo 42:8
"Todo mi ser te desea por las noches;
por la mañana mi espíritu te busca.
Pues, cuando tus juicios llegan a la tierra,
los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.
" Isaías 26:9

Mezclo caminos y vuelvo a las mujeres, con Jules Michelet: "La naturaleza las hace brujas..." Es el genio propio de la mujer y de sutemperamento. La mujer nace hada. Por el retorno regular de la exaltación, es sibila. Por el amor, maga. Por su finura, su malicia (con frecuencia fantástica y bienhechora) es bruja y echa suertes, o por lo menos engaña, adormece las enfermedades.Todo pueblo primitivo tiene el mismo comienzo: lo vemos por los Viajes. El hombre caza y combate. La mujer se ingenia, imagina: engendra sueños y dioses. Cierto día es vidente: tiene las alas infinitas del deseo y del ensueño. Para contar mejor el tiempo, observa el cielo. Pero la tierra no está por ello menos en su corazón. Con los ojos bajos sobre las flores enamoradas, ella misma joven y flor, la mujer traba con las flores un conocimiento personal. Es mujer y les pide que curen a los que ella ama.¡Sencillo y conmovedor principio de las religiones y de las ciencias! Más adelante todo se dividirá, se verá empezar al hombre especial, juglar, astrólogo o profeta, nigromante, sacerdote, médico. Pero, al principio, la mujer es todo."

"Para contar mejor el tiempo, observa el cielo", dice nuestro historiador. Tarea nocturna, esa, pues solo estrellas y planetas guardan el secreto. Volvamos ahora a quien nos conduce por la India védica: 

"En función de los cálculos humanos, el conjunto de mil eras constituye la duración de un día de Brahma. Y esa es también, la duración de su noche."  Subrayo por el condicionante. ¿Prima la luz solar? ¿Sin ella no tiene sentido lo demás? 

Ni modo, debe acudirse a Borges:

"A lo largo de sus generaciones

los hombres erigieron la noche.
En el principio era ceguera y sueño
y espinas que laceran el pie desnudo
y temor de los lobos.
Nunca sabremos quién forjó la palabra
para el intervalo de sombra
que divide los dos crepúsculos;
nunca sabremos en qué siglo fue cifra
del espacio de estrellas.
Otros engendraron el mito.
La hicieron madre de las Parcas tranquilas
que tejen el destino
y le sacrificaban ovejas negras
y el gallo que presagia su fin.
Doce casas le dieron los caldeos;
infinitos mundos, el Pórtico.
Hexámetros latinos la modelaron
y el terror de Pascal.
Luis de León vio en ella la patria
de su alma estremecida.
Ahora la sentimos inagotable
como un antiguo vino
y nadie puede contemplarla sin vértigo
y el tiempo la ha cargado de eternidad.

"Y pensar que no existiría
sin esos tenues instrumentos, los ojos."

Noche y mujer. Los temas se mezclaron sin querer, quizás porque ambos pertenecen al lado oscuro de la luna. ¿O tienen una relación profunda? 

Quevedo: 

"Pues hoy derrama noche el sentimiento
por todo el cerco de la lumbre pura,
y amortecido el sol en sombra oscura,
da lágrimas al fuego, y voz al viento."   

 

           

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