martes, 24 de agosto de 2021

Cuadernear

Diálogo con mi esquizo:

-¿No te da pena?

-¿Cuadernear? Juego y como no puedo ni quiero pagar a un analista...

-¿Nos da resultado?

-Hoy soñamos con las más atractivas tiktokers, que peleaban por nosotros, ¿recuerdas?

-Me resistí, que quede constancia. Vaya mal gusto.

-Algunas parecen simpáticas.

-Dos o tres y no estaban allí. A ver cómo le explicas a Eterna.

-Comprenderá. La Tic y Corazón mío se divirtieron al contarles.

-Para suertudos tú y yo.

-Y tanto. En cualquier caso lo importante es sobrevivir y si los sueños plácidos ayudan, a la manera de estos chunches virtuales... 

 

¿Qué hacer con los blogs iniciados en 2006? ¿Nada? Sostienen al día. ¿Y ya? Bastaría, más si hay un continuo allí. 

¿Realmente Dylan me obsesiona? Lo escucho sin falta desde 1963, cierto. Pero -¡carámbolas, solté la preposición prohibida!- fue escribiendo que se volvió pregunta. Es fácil entenderlo. Cronica su época, como una Comedia Humana estilo Guerra Fría y sucedáneos, musical y callejera, pues así le demanda el imperio asaltado por jóvenes y pueblo gracias a la segunda revolución industrial, y no el Nuevo Régimen francés, de burguesía irrumpiendo con aires aristocráricos, que apela a libros, cafeterías, plazas bohemias. 

Piénsenlo un poco. Lo dan por muerto en los 1980 y resurge -¿recuerdan la caída del bloque soviético?-. Y de nuevo al llegar el apocalípsis. El tipo está dónde debe cada vez. 

Adolescente, yo quería ser Balzac sin letras, o con ellas semanales, cuando se me daba, y tenía por reinos el diario asesinato del deseo y la historia para raza pilonera. Cumplí tanto como Santa Utopía permitió y viejo caigo aquí. 

Mi problema es que narciseo empujado por apremios de supervivencia y, sin lira ni genio, cágola.

Oficio antiguo, este.

O lo que es lo mismo




 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje...