domingo, 23 de mayo de 2021

La Revolución Mundial


 
 
 
 
 
 
El abuelo y yo somos operadores de la Revolución Mundial que dirige Maoro, aquí en fotografía.
-¿Pero qué edad tiene? -preguntó B al presentárselo.
-Dos meses y escribió ya el cuarto volumen de El Capital, sin que sepamos los motivos.
Ese niño con mirada profunda es hijo de dos jóvenes compañeros cuya militancia no atina adónde debe dirigirse en estos días de Cuarta Transformación (4T), que desde 2018 promete pasar a la historia mexicana y lo consigue a su azarosa manera. Yo tampoco puedo tras los primeros alentadores meses en que convencí, por ejemplo, a ciento treinta y nueve mercados de Ecatepec a lanzarse al más delirante proyecto. 
-¡Sí, volvámonos centros de identidad barrial en este gigantesco municipio donde el feminicidio alcanza las mayores tasas mundiales! -gritaron a coro para enseguida proponerse como alternativa a prácticas económicas neoliberales. 
Pronto ese alentador panorama enriquecido aquí y allá con otras iniciativas en la zona urbana capitalina, vacilaba por el uso faccioso del aparato partidario que crecía al amparo de la 4T.  
Fue entonces que Belarmo me convenció de buscar a Santa Utopía en otros impulsos: el movimiento chileno, la promisorias resistencias boliviana y ecuatoriana, Black Lives Matter y los latinos estadounidenses; la mayor huelga general que Francia haya conocido; el terco pueblo palestino, un singular sindicalismo hindú donde confluirían doscientos cicuenta millones de trabajadores y trabajadoras...
Desde luego no haríamos sino mirar, cosa que ha puesto muy nervioso a mi dinamitero socio, quien ahora amenaza abandonarme para darse a tareas sustanciosas, mientras yo me dedico a una especie de juegos virtuales que empiezan ya a nadear.

 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje...