La más estúpida, abundante discusión jamás habida. Así deberían titularse los dimes y diretes de no sé cuántos especialistas en Hernán Cortés regados por México y España desde 1992 cuando menos. Pero hay miles como esa, sobre materias diversísimas, todas, quizá, exagerando un poco.
Y no es cuestión académica, confirmo en el Gran teatro del mundo, según llamo al que acudo ahora apenas salir de casa o antes, si sumo las dos horas dedicadas a informarme en internet tras despertar.
De milagro me queda cierta cordura, aunque ahora parezca alguien sensato, durante unos días ¿o hasta que la muerte nos separe, Tic?, mientras sigues en tus cosas y "mi" cuarto aguarda por su huésped.