sábado, 11 de septiembre de 2021

Carta Abierta a la Tic, número no sé cuántos

Para Última función.

Eres la única que desde hace tiempo sabe bien a bien cómo está el no por nada llamado Mi viejo.

Sí, algunos durmieron en este departamento y con otros viajé. O, por ejemplo, cuyos oídos registran hasta el reptar de una araña, rogó dos veces que cambiara cuarto en hoteles por los ronquidos, aunque según Tú cuando mucho siseo. Tal vez ella lo dice por cariño, pues en encuentros regionales ya años atrás a ratos tenía habitación aparte quizá no solo para darme el mismo trato que al resto de los mayores, además, claro, de aislar mi peste a tabaco -luego fustigada en jardines, jeje.

Cierto también: con quienes trabajo a ratos cargando cajas, ven como el setentón pare chayotes incluso si le tocan pequeñas y camina luego a lo robot primitivo... para soprénderlos enseguida sentado en flor de loto o ganándoles torneos de pinpón, más jeje.

Ayer regresé de tu ciudad, donde te pedí revisarme desnudo. 

-Ve esas arrugas bajo el pecho y la poca firmeza de las nalgas. ¿Y qué le dices a esas manchas en mis pantorrillas?

-Que bañarse no hace daño. Espera, voy por un estropajo.

-¡Ni se te ocurra!

-Sigue con el teatrito a solas, que se quema la comida. 

-¡Ahí lo tienes! Buscas pretextos para no comprobar cuánto asco produzco.

-Cuac, tus trucos están muy vistos. No te revisaré el pene. Y dale unas cachetadas para aplacarlo.

-¡Milagro!          

-Sí, que no hayas pedido "una limosna para este pobre viejo".

-N está en la escuela.

-Después echo un ojo a tu nariz. Ya estropeamos el guiso.

-¡Cobarda! -le grito viéndola correr escaleras arriba, mientras las olas vienen y van a quince metros de distancia.

De paraísos hecho cuando menos por épocas, ese obliga a quedar y lo evito, amita. Imagina cuando lleguen las enfermedades. ¿O no importa? 

Firma El manipulador, jeje.

Bromeamos ese primer día y el resto, Tic, como es usual entre nosotros. En medio hubo los también acostumbrados silencios elocuentes en que cada uno reconoce y lee al otro. 

Las charlas, reportes, confesiones, no se nos dan y por ello a veces te escribo. Intento hacerlo a lo Waits. Escucha:

"he jigolo’s jumpin salty
ain’t no trade out on the streets
half past the unlucky
and the hawk’s a front-row seat
dressed in full orquestration
stage door johnnys got to pay
and sent him home
talking bout the one that got away
could a been on easy street
could a been a wheel
with irons in the fire..."

Encuentro solo traducciones literales:

"Salto de gigoló salado
no hay intercambio en las calles
la mitad de la mala suerte
y el halcón es un asiento de primera fila
vestido en orquestación completa
etapa puerta johnnys llegó a pagar
y lo envió a casa
hablando del que se escapó
podría haber estado en la calle fácil
podría haber sido una rueda
con hierros en el fuego..."

¿Uso lenguaje "poético"? -entrecomillo pues nuestro músico no es una proeza lingüística (y menos yo, ya se nota, con entreguiones y paréntesis casi línea tras línea, cantinfleando, "como la vida misma", dice O para justificarme-. No. Sin belleza suelto imágenes y situaciones -me paso esta vez, al ligar ideas- que creo resumen el mundo a mi vista, de otra forma muerto -él y yo.

Hoy toca airear lo no dicho aunque entiendes perfectamente a qué me refiero, Inesper. Aguanta, busco uno de mis videitos, a los cuales no atiendes por reglas convenidas entre nosotros. 

El azar obró a favor tuyo y siendo muy joven en pocos años encontraste un oficio y una raza ideales para ti, ser exótico desde niña, y para ese pequeño que contra cuanto pensabas te dio por desear. 

Todavía me cuesta entender tu decisión de decir sí a una pareja formal que no sabías cómo acomodaría también al propósito. 

-No hice cuentas, juro. En realidad los hechos me desbordaron. Fue pura buena fortuna -dices

Y tesón, hay que añadir.

Yo fallé. Trabajaba por el destino colectivo a mi modesta manera y hoy no tengo lugar. Los movimientos populares, a cuyo amparo anduve siempre, pasaron a segundo plano, cuando menos de momento, entre una sociedad muy activa en feminismos relativamente atípicos, derechos humanos, periodismo, investigación académica comprometida. La política partidaria o 4T me tiene sin cuidado, convencido de que cumple una etapa primitiva en el proceso. 

Por la edad, vivir a secas no basta, pendiente del deterioro físico cuya factura me niego a pagar con enfermedades que además exigirán recursos económicos de los cuales carezco, así mis crías estén dispuestas a apoyarme. 

Cada día agrava la conciencia de lo que en otras circunstancias pasaría por alto: armamentismo apocalíptico, tecnología en acelerado desarrollo, que multiplica sin pausa el desempleo estructural...

Moriría satisfecho por los setenta y cuatro años y me niego a tener esa visión decepcionante de la especie que trae una cotidianidad pasmada, digamos.

Tus planes no pueden incluirme aunque te esfuerces, Tic. 

-0-

Cualquier cosa me hace temblar ahora. Un joven pide le haga canchita en casa por cuatro o cinco meses. El cuarto de la azotea con doscientos metros solo para él parece perfecto y cuando se lo muestro quedo patitieso. Prestado hace tiempo a los vecinos para guardar muebles y equipo de un negocio fracasado, hace dos años pedí devolvérmelo y con la pandemia olvidé mis planes. 

Ayer vino el muchacho y encontramos una sala-gimnasio bien puesta. 

-Cuidado, pueden quedárselo -dijo sin razón quien de todas formas hospedaré en el departamento que le sorprende por su orden. -Antes tenía los libros regados. 

¿De qué hablaba, si llegué aquí con libreros y mandé hacer nuevos apenas desempacar? 

Vecinos gandallas y un atolondrado devolvieron la inseguridad a tu viejo, amita. Así de frágil estoy.

-0-

N videollama. Quiere de regreso a su abuelo adoptivo ¡ya!, jeje. Le digo que me corriste, sigue la broma y te arma un tango.

-Si, no lo soportaba más.

-Pídele perdón -exige.

-Antes muerta. 

-¿Y si nos deshacemos de ella para quedarnos con la herencia? -sugiero. 

-¿Y quién cocinará y eso? -pregunta el no tercero en discordia.

-Hay muchos restaurantes y servicios a domicilio. 

-Par de inútiles, se van a quedar sin un peso en menos que canta un gallo.

-¿Cómo? -responde mi socio, quien no escuchó nunca antes la expresión, según parece.

-No hagas caso, inventa palabras. 

-Canta... un... gallo. ¿Cuál de las tres me saqué de la manga?

-¿Eh? -continúa sorprendido.

-Uy, qué coloquial anda nuestra señora.

-No entiendo nada.           

-Que te explique el rabo verde y ven a cenar, que ya está.

-Cuidado, N, a lo mejor envenenó los burritos o la malteada.

-No importa -contesta sentándose a, literalmente, devorar.

-Y tú muérete de envidia, Cuac. Luego sigue pan francés. 

-Retiro lo dicho. Sírveme. 

-Todavía no inventan la teletransportación. 

-¿Musiquita?

"Hazle segunda, por fa."

-Bajito.

Vaya estampa. De veras estoy loco conservando los ochocientos kilómetros de distancia.
 

       

 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje...