sábado, 14 de agosto de 2021

Arte

¿Quiero sentirme especial? Quizá. Aunque no entiendo porqué ni ante quién. ¿Para unos cuantos visitantes a blogs perdidos? ¿O busco que me escuchen mis cercanos, a los cuales no puedo venderles bisutería? ¿O hablo al espejo privado? ¿Eso se llama narcisismo?

Esperen, encontré una estupenda excusa: si los setenta y cuatro años fueron insulsos, La Corte de Media Noche vuelve a su nada social y pobres doña Marta, Molley, etcétera.

-¡Si soy!, ¡si sirvo! -gritaba hace cincuenta años el teporocho de una película amateur. ¿Y no llevo por sobrenombre Rascamapache?

Juego, aunque en ello me vaya la vida.

 

Desde la infancia temprana, creo, tengo como propósito vivir con cierta armonía. ¿Suena raro? Digo aquí que a escritores, músicos y demás por el estilo los poseyó la vocación en sus primeros años. No les quedaba alternativa, gozándola y sufriendo por ella a partir de entonces.

Tres exilios me formaron, afirmo también. Al confluir exigían rebelarse contra las falsas apariencias que ocultaban a los demonios personales y colectivos, y si el tercer y decisivo momento llegó en mi cumpleaños número nueve, y así más o menos tarde, ya había dado claras muestras al respecto. Para probarlo está la foto que exhibo con cualquier provocación (Más épica). De allí nacen los Oficios que desarrollé con el tiempo. 

Papá y yo nos despedimos en el cunero del hospital, si bien me cobijaría por buen rato, y mis verdaderas Madres resultaron las montañas que cercan nuestro valle, son otras afirmaciones cuadernosas. 

Se acorta el plazo que señala este video. ¿O salió volando? 

Sin mínimo decoro no puedo sostener la razón que descubrí de pequeño, intrepretada por el Mr. a su modo (menuda vuelta para tener pretexto de meterlo, ínclito).


Vuelvo a la cama de donde salí por una pesadilla.

-0- 

Uno deja sus memorias en actos y no con letras, sobre seres y cosas y no contra papel o virtualmente como aquí.

Despierto y el día es la continua gloria de silencios y rumores que llegan por mis ventanas, un oscuro, dulce cuarto y sus objetos y quizá especialmente piel, músculos, conciencia e inconsciencia delatada.
No tenemos vida, la somos, y cada paso como siempre esta vez, al crearla batalla con el pasado y el futuro previsto, que pretenden convertirnos en naturaleza suprema, prexistente. La historia de padres, madres, países, procesos civilizatorios, hace lo que resta y apenas llegar al escritorio otra vez permite que me sienta esencia.

 

           

 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje...