jueves, 15 de diciembre de 2022

 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje-, quedará entre Última función y La crónica interminable, por un impulso distinto al plausible que en 2007 declaró Calzada y luego... -bla, bla, bla, sigamos jejeando.  En cualquier caso, salga bien o no el asunto, cubrirá lo que inició entre fines de 2018 y octubre 2019, cuando el viejo con mochila al hombro fracasó y hubo a cambio paseos virtuales y decepción personal -tanta que mi personaje se llama hoy posible, digno, amoroso suicida.

Siempre sin tiempo, el protagonista renuncia de momento a ordenar las notas y escribe lo que dictan los días. Esta vez, futbol.

 

Valdano, el centro delantero argentino campeón del mundo, hijo putativo de César Luis Menotti, después convertido en directivo del Real Madrid, entrevista a Pep Guardiola, el más aplaudido técnico entre técnicos. 

Quien no conoce los intríngulis de los deportes espectáculo todos -beis, basquet, fut americano- se queda en Babia al escucharlos. Porque se requiere mucho más que haber jugado cascaritas callejeras y o atestar canchas llaneras. En las primeras, sí, aprendemos lo básico insustituible, maravilloso: cómo manejar con pies y cabeza pelotas reglamentarias o improvisadas -los pies y la cabeza, inmanejables para estos menesteres, se diría.

No hay jugadores profesionales sin que apenas dominar los principios corran a una liga según dios manda, provista de canchas a modo, estadios, entrenadores, directivos... con frecuencia emulando a padres, tíos, hermanos (lean, por ejemplo, este reportaje: https://www.elpais.com.uy/ovacion/futbol/cebollitas-legendario-equipo-infantil-empezo-maradona.html).


(Si hubo Maradona, por necesidad antes Pele, ¿cierto?)

Los recursos de cada institución son muy distintos y varían conforme a vocaciones nacionales y locales.

La cosa inició, claro, cuando la urbanización industrial reunió masas apretadas, abundantes baldíos para ocupar y compañías europeas que alentaban a sus trabajadores, contagiando a niños en números hasta entonces impensados, en casa y en las colonias. 

Para Argentina, por ejemplo, el fenómeno empezó hacia 1867. En su caso no aparecía sólo gracias a las empresas. País de migrantes, salpicó aquí y allá.

Detente, yo, pareces chafa página enciclopédica. Establecer la época entre los ches está bien, porque mesuras el tardío surgimiento en tus tierras -si veinte años son nada al tanguear, cincuenta futboleando parecen muchos, ¿no? (el Atlante de mis amores es segundo en edad aquí y su placa dice

1916); más cuando competían con el beis de nuestros para ese momento ya imperiales vecinos. 

Once jugadores y una hectárea y media de cancha, aprox. Gol, portero, acción que no se suspende sino al... O sea, libertad, irrestricta en las calles, e instante sublimado como en cualquier juego -canicas, trompo, rayuelas...

Y prestigio-negocio, desde luego, si los de siempre desde la Revolución Industrial le sacan provecho. 

El primer secreto está en la libérrima chamacada, que toca, controla y esconde la pelota así o asa, conforme a su naturaleza. Por ejemplo, un afrodescenciente y un británico, cuán distintas anatomías y mentalidades, ¿verdad? Cada quien copia lo que el vecinito descubrió, las costumbres se extienden...    

   


 

SIGUE         


viernes, 2 de diciembre de 2022

Historias insensatas

 Quisiera empezar por Fez, Marruecos, en 1711, cuando un hombre sin recursos económicos emprende el viaje que debe conducirlo a Muzafarrpur, población hindú, donde sin saberlo espera Sheilla, madre madura quien así cumplirá su deseo inconfeso de darse a la aventura hacia el Golfo de Bengala.

O sea, una historia insensata. Puedo inventarla gracias a mis modestos conocimientos y a pesar de los pesares no estaría mal, si tuviera tiempo. Lo haría hoy y en ningún otro momento antes pues apenas ahora percibo más o menos bien las cuestiones que el largo paseo involucra. ¿Imaginan, por ejemplo, a una mujer del pueblo a solas por los caminos, en cualquier región del planeta en ese momento o casi cualquier otro?

Fez la conozco por Maimónides, el gran filósofo y médico judeoandalusí del siglo XII, que se exilio allí tras un golpe de intolerancia. Obsesionado desde entonces con esa joya amurallada, paseé por ella hace treinta años. Fueron unos cuantos días, estirando mis ingresos y privilegios para tenerla a mano, y entendí muy poco lo que observaba. Vean las imágenes del buscador: .https://www.google.com/search?sxsrf=ALiCzsY7xku5VpgZvGTy9t_krZXTN7imDQ:1670089212368&source=univ&tbm=isch&q=Fez,+Marruecos,+im%C3%A1genes&client=firefox-b-d&fir=hpVvwU6Z9YxTQM%252CCCSr3xNjHVKsyM%252C_%253BZaJM6FKLG6phaM%252CCCSr3xNjHVKsyM%252C_%253Bj19_psPkLrscpM%252CXV-GXaK0MiVKkM%252C_%253BGA3JS_XxtTWQgM%252CYY6lthomfdKizM%252C_%253B964eCjaY9JkqpM%252CXV-GXaK0MiVKkM%252C_%253BbeQRCqGAXv-CkM%252CYY6lthomfdKizM%252C_%253B8vLgewUEqsW8SM%252CPivT3SDLzk0CcM%252C_%253BoS8xqbSxhhqjLM%252CBbSNrdHJHzFH4M%252C_%253BJmLgbxDKFRDC1M%252Cbxazu-1oEe8hKM%252C_%253BOwMX4vSImFZBPM%252CI-a0YbYlKxILsM%252C_%253Bz48pd09NROHsVM%252CnGgGr0gZXXGOrM%252C_%253BO_Q3kqWAl7g_XM%252CXV-GXaK0MiVKkM%252C_&usg=AI4_-kQwO2yfNXyIw7Un7Kv9q0fHy_3RDQ&sa=X&ved=2ahUKEwiig_yR_937AhU3EEQIHVYdALEQjJkEegQICBAC&biw=911&bih=410&dpr=1.5 (aguanten; luego paso el vínculo como Santa Utopía manda).

A mi torpe usanza doy un vuelco hacia México en estos días posteriores a La Marcha, mientras presencio el fracaso de los Ratones Verdes anunciando producir una crisis profunda -historia vieja desde 1978 ó 1966, según se mire- si las televisoras y el crimen organizado lo permiten, claro. 

Entonces la selección marroquí en el Mundial alcanza lo impensado: ser semifinalista. Esa droga para masas que representa también otras, nada despreciables cosas, recuerda mi cuenta en Twitlandia, en cuyo perfil se lee: "Y, como de costumbre, serán los palestinos quienes sufrirán, con su tragedia totalmente olvidada en medio de esta locura." Robert Fisk. Este debía convertirse en un momento que ni mandado hacer para comprobarlo, ¿no? El estadio qatarí celebra así el triunfo: 

Chinita queda la piel de quienes escuchamos ese a un tiempo escupitajo a los organizadores del evento y sus socios cercanos. 

Curiosa manera para que el imaginario Fez 1711 vuelva. Pero no puede, al menos ahora, pues en la iglesia tradicionalista junto a mí casa repican unas espantosas campanas de hierro vil recordando su misa dominical. O sea, tiempo de bañarse para machar no allí, desde luego, sino al lugar en que ahora me da por por preguntar públicamente:

-¿Qué es la poesía?

¿La Quijositosis no deja de escalar, yo? No sé y no importa. 

En cambio interesa, sí, lo que horas atrás encontré buscando a nuestra mentada ciudad: El almuerzo desnudo, de William Burroughs, beatnick refugiado cerca de allí hacia 1959.

Poco antes se había curado el alcoholismo en México, dando la madre de todas las batallas, según creía, hasta que enganchado en drogas duras fue a Marruecos para librar una mayor. Entonces volvería libro su experiencia:

"Desperté de la Enfermedad a los cuarenta y cinco años, sereno, cuerdo y en bastante buen estado de salud, a no ser por un hígado algo resentido y ese aspecto de llevar la carne de prestado que tienen todos los que sobreviven a la Enfermedad... La mayoría de esos supervivientes no recuerdan su delirio con detalle. Al parecer, tomé notas detalladas sobre la Enfermedad y el delirio. No tengo un recuerdo preciso de haber escrito las notas publicadas ahora con el título de EL ALMUERZO DESNUDO. El título fue sugerido por Jack Kerouac. Hasta mi reciente recuperación no comprendí lo que significaba exactamente lo que dicen sus palabras: ALMUERZO DESNUDO: un
instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores."
 

Miren por dónde entendí porqué Ibn Simbad estaba obsesionado con Sobre el camino.

No olvidaron al de padre subsahariano, ¿verdad?

-Para, para -me digo -que esta como escritura automática tuya se está extralimitando y cambiaste Fez por Tánger, ciudad de moda para los occidentales tránsfugas desde Casablanca, creo, durante la Segunda Gran Guerra.

Casi enseguida de ella Peter Bowles haría una novela gracias a la cual mucho más tarde producirían esta obra maestra visual.

-Cuidado -pienso-, pues estás a nada de dar nuevamente con la Inesperada. Regresa al principio.

Por enésima ocasión falta tiempo.

-0-

Al día siguiente. 

La música gnawa que caracteriza hoy a Marruecos quizá tiene orígenes negros, del África Occidental que los reinos bereberes islamitas alcanzaron paralelamente a su extensión al sur luego español -Al Andalus, pues. 

"Repetiviva", hipnótica, suena a veces por días enteros y para los europeos contemporáneos a Michael Curtiz -director de Casablanca-, Bowles y demás era exotismo propicio para recrear el lado siempre oculto del coloniaje moderno -como les advirtió el gran antillano de Piel negra, máscaras blancas y un cercano suyo citado repetitivamente

en estos blogs.

Otra vez es hora de marchar adonde debo y nada parece pasarme inadvertido.

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Dejar migas a lo Hansel y Gretel, para orientarnos, pues, afirmo que hago en estos apuntes escritos mientras circulan semisecretamente videos sobre sangrientas represiones de policías peruanos y guerrerenses.

Antes de verlos tuve una pesadilla en que los míos y yo salíamos avantes del más desatinado, rústico ataque. Solo pueblo hay allí y aquí, alguno vistiendo uniforme. ¿Reflejan a los dos tercios de la humanidad condenados a extinguirse, según asegura un experto? 

¿Entonces, qué quiso decir Pepe Múgica cuando recién lo entrevistaron?

Quizá tienen razón las y los anarquistas que conozco, prefigurando un futuro de ciencia ficción al cual a ratos ellas y ellos se adelantan.

¿Las migas blogeras nos dirigen hacía él? No, por favor, clama este yo con hijos, nietos, amigas y amigos, paisanos y paisanas queridos al paso.  
 

¿SIGUE?

  
 

 
 

   
   

  
 

    

          

lunes, 21 de noviembre de 2022

La madre de todas las batallas

Tras una entradita recuerdo a la fugaz, antigua amiga prostituta y mi trabajo en Telerisa ya sin camaradas. Entre ambas cosas hay cierta relación espacio temporal, y así con el inicio del fármacoadicto que soy.

Al paso dejo constancia del mensaje enviado por la muchachita que me conectó hace meses para desaparecer pronto. Resurgió exactamente cuando iban a decirme si había o no la droguita.

-¿Eres tú, universo, haciendo señales? -pensé. 

Llegó aquello. Uf.  

Desde que la compusieron, esta buenísima canción "da vueltas y vueltas" a mi alrededor.

     La versión fue para una película y tiene el aporte de

Nusrat Fateh.

Última selfie simpática que el Narciso yo se tomó antes de la madre de todas las batallas.

Volví, dijo el hijo de la chingada llamado MacArthur. Me too y no para hacer mierda cuanto más pudiera, Pacífico "asiático" adentro. 

Debo un video celebrándolo. Ahí será mañana. 

jueves, 10 de noviembre de 2022

Buscando a la Corte

"Convergencia." Jackson Pollock

Originalmente Monelle se llamaba Louise. Era una mujer de condición muy modesta, que a veces se prostituía y de quien se enamoró Marcel Schwob sin darse bien cuenta hasta la prematura muerte de ella. La pequeña, magistral novela aparecería después como un remordimiento inútil, pues él la tendría siempre en mente. 

Esa pequeña reencarnó en otras también reales o como productos literarios. Una de ellas fue Sonia, la que dio calor a Raskolnikov en Crimen y castigo, de Dostoyevski. 

El extraordinario narrador ruso puede conducirnos a más necesarios personajes de nuestra Corte, pues vivió en un imperio de veintitrés millones de kilómetros cuadrados con cien etnias distintas, buscando por norma, enamorándolas socialmente, a entrañables criaturas en desgracia.  

Lo haría, claro, desde su San Petensburgo, capital zarista cuyos trasfondos rurales eran vagos, aunque en ellos viviera el ochenta por ciento de la población. No podemos seguirlos, entonces, y así se nos pierden innumerables hermanas y hermanos.

Aunque dio justo quizá su mayor paso narrativo (Memorias de la casa muerta) muy lejos de la ciudad nativa: en Siberia, exiliado por ligas con el populismo revolucionario. Encontró allí hombres nacidos en diversísimos lugares, sobre todo a lo largo del corredor que ancestralmente sirvió al rico trasiego humano y cultural entre Medio Oriente y Asia interior. Ellos nos dirigieron a muchos sitios siglos y milenios atrás y al fin nos sentimos arropados.  

Siguen faltando infantes, si bien gozan de lugar privilegiado El niño de Arán, el mitológico hijo de la Madre Primera sioux y sin falta Kelley, Ulises popular, cuando pequeño, condado de Cork adentro.

En los siglos preindustriales en Europa “la infancia formaba parte, junto con la naturaleza y el estado salvaje, del lado obscuro de las cosas y los seres” -dice un historiador- y ahora no recuerdo el excepcional libro con que cierto antropólogo escupía a los hermanos Grimm las versiones primitivas de sus cuentos con, por ejemplo, Caperucitas a quienes sin eufemismo burgués el lobo devoraba sexualmente también.
Bueno, no era una conducta nueva, si se recuerda como píos monjes Cruzados sacaban los ojos a niñas y niños errabundos para obtener mejores limosnas, cuyo recuerdo rescata el propio Schwob en otra obra.
No siempre ha sido triste el destino de la comunidad que me integró. Son más las y los que conocieron la dicha, sencilla, desde luego. 
Visto de esa manera, mi encuentro con aquélla se diría literario. Y no. Primero lo hice sólo viviendo, luego gracias a libros y archivos históricos, y en realidad, como por accidente, di con mayor número gracias al cine que a las novelas, etcétera.
Vale aclararlo para calcular nuestra composición. 
 
Ulises
Ulises, así dio en llamarlo no recuerdo quién, y se llama James Kelley. Camina en tierras semidesérticas inconcebibles para él, sin destino adonde dirigirse. En la memoria le andan “ciervos que saltan respondiendo al bramido profundo de la hembra”, “bellotas que caen en pacíficos bosques marrones”, pantanos navegando en la gruesa niebla, aves despavoridas por negros oleajes furiosos, valles entre escarpadas moles de piedra que relatan proezas.
Un poeta nos dio pie para esas líneas, pues en su parquedad nuestro irlandés renuncia a traducirnos las tierras de donde vino cuando lo encontramos por primera ocasión.  
¿Cómo es su universo interno, con miles de días y noches acumulados? Imaginemos, por ejemplo, una mañana cuando tenía dos años de edad. Las paredes, el techo, el piso, todo en el modestísimo hogar de la familia huele a una tierra que, como cualquier otra, despide perfumes y tiene tonos y calidades sólo suyos. Las tres o cuatro sillas y la mesa de madera que hay allí, con las historias privadas que relatan sus cicatrices, están tan dentro de él como el padre, la madre, la media docena de hermanos y hermanas. Mira a la más pequeña que duerme, luego al triángulo de luz viscosa de la media mañana estirándose desde el hueco de la puerta abierta, al pie de la cual descubre una vara que lo hipnotiza. 
Mientras cumple la decena de pasos que lo separan de ella, cae girando, remisa, en el aire, una hoja, el reflejo de la punta de un cuchillo estalla en sus ojos, la nariz se queja por un granillo de tierra, el rabillo del ojo descubre el reptar apurado de una araña, canta un mirlo, un mirlo y no un pájaro a secas, cuyo trino para el pequeño James no delata todavía a un ser concreto y es un trozo más de eso incomensurable de lo cual él también forma parte. Alcanza el cuadro de la puerta, se agacha para tomar la vara, que se escapa en una mano venida de la nada y que enseguida descubre a la muchacha en la cual se remata y su gesto socarrón, divertido con el efecto que produce en él, en el niño, quien continúa sus lecciones sobre el mundo en disputa. Ella se da la vuelta con un aire triunfal coronado por el vuelo de su cabello largo y castaño, que es un acto de encantamiento al cual por años quedará sometido él. ¿Dónde están ahora la hermana que duerme, la tierra, el triángulo de luz, el canto del mirlo, la vara, la cabellera que se agita? ¿Cómo andan dentro suyo el padre y la madre, la obligada mujer y los obligados hijos e hijas de sus treinta años de edad, sino murieron por hambre? 


Derzú

Derzú Uzala es un cazador henzhe de los bosques al extremo siberaniano que alcanza China. Su bella humanidad está sola en la tierra, pues mujer e hijos murieron hace tiempo, víctimas del sarampión. Hermosa también parece la que encarna Li Tsung-ping, cuyos cincuenta y seis años lo vuelven anciano en esa espesura contigua a las estepas extendidas hasta Arabia y Turkestan.

-0-

Como escribano de la Corte, hago alto ahí. Quería sólo mostrar que en verdad habitamos lugares y tiempos por puñados. 

¿Me permiten volver al semidesierto donde quedó Kelley, para mirar algunos kilómetros al sur, encontrando a quienes parecieran muy distintos a él y no lo son tanto.

Son inmigrantes y nativos estadounidenses enrolados en el ejército por la necesidad de un sustento. 

A pesar del relativamente corto número de bajas que sufrieron en las dos victoriosas batallas de mayo, para ellos la vida está lejos de experimentarse como un regalo. En realidad es con el avance del verano en los campamentos a lo largo del río, que se producen las más tristes escenas recordadas por sus diarios y su correspondencia. En especial entre los voluntarios, quienes se enganchan en el delirante clima creado por una porción de la prensa, que relata éxitos reales y fantásticos, glorificándolos o burlándose de ellos sin advertir al lector. Junto a la narración de la carga de un capitán para capturar los cañones mexicanos, o del decidida actitud de los cañones de otro oficial en Palo Alto, pongamos, la presunta ocupación de un humilde caserío se vuelve un episodio digno de los cantares de gesta:

“¡Gloriosas nuevas del ejército! ¡Otra victoria! ¡Burrita ha caído! ¡La ciudad entera reducida a cenizas!... Altas torres.../Sólidos muros... palacios principescos/Finas calles, espléndidas casas, sagrados sepulcros.../¡Todo esto, oh, piedad, convertido en polvo! 

Los voluntarios del Valle del Mississippi lo creen, se apuran a participar de la gloria y tienen que conformarse con la arena, el sol sin piedad, la peste de alimañas y las huellas de la guerra advirtiéndoles por primera vez sobre el futuro. En los campos próximos a la ciudad mexicana se penetran para siempre del olor dejado por los cadáveres tardíamente sepultados y con los que cargaron los coyotes. En esos campamentos encuentran a heridos que terminan de sanar pero no volverán a ser los de antes pues “la amputación era la única cirugía mayor que se practicaba”.

En otros, los daños son distintos si bien no menos severos, y es frecuente hallar soldados con la mirada perdida, hablando de cosas ininteligibles o que ven lo que parece imposible. A los más graves se les declara formalmente locos, entre el tedio de una campaña detenida: “Mientras permanecimos en Campo Belknap, alrededor de un ciento de entre ochocientos hombres que contenía nuestro regimiento era diariamente reportado en el catálogo de la melancolía”. Entonces se bebe, se discute, se pelea. A veces entre compañías completas: “Fui informado -escribe Curwen, perteneciente también a la Corte- de las dificultades entre nuestro regimiento y el batallón de Baltimore, originado en una agresión a nuestro coronel”. Los casos graves son responsabilidad de los voluntarios. El general en jefe manda de regreso a casa a muchos, sólo para recibir nuevas remesas.

Sí, nos hallamos alrededor de Matamoros, Tamaulipas, México, cuando comienza el año 1846. O sea, el mismo rumbo donde para 2011 se hallará una fosa clandestina con ciento setenta y siete cadáveres centroamericanos que están ahí, entre nosotros, casi todos anónimos y por ello doble dolor.   

 

   

  

SIGUE, ESTA VEZ SóLO EN ESPERA DE VIÑETAS YA ESCRITAS.    

domingo, 31 de octubre de 2021

Por ejemplo, Atila. O el cumbiero grupo Cañaveral

 Cuando la academia trabaja, hasta una cierta pedantería se tolera.

Aunque, como ya vimos, a buenos ratos es amable.

¿Dónde quedaron los lugares comunes?
-Mete bien la cabeza, anda -pide donde hace debidamente su tarea. 

Mientras, los youtubers conquistan multitudes también vulgarizando el conocimiento -no pondré ejemplos, por sobrados.

¿Increíble que hasta con lo más deleznable pueda aprenderse? No, claro.



Cañaveral nace en 1995, discos Orfeón le apoya  y Televisa aprovecha. Ambas empresas coinciden en los orígenes, a fines del porfiriato: los Azcárraga. 

Hay que batirse con mierda para sacar partido a eso. Hagámoslo un rato entre grandes historias, como el origen de la cumbia sobre la costa noratlántica colombiana (https://scielo.conicyt.cl/pdf/rmusic/v70n226/art02.pdf; https://repositorio.itm.edu.co/bitstream/handle/20.500.12622/1988/EL%20LIBRO%20DE%20LA%20CUMBIA...pdf?sequence=1&isAllowed=y, etc., etc.). 

Para quienes renunciamos a las salas universitarias apenas asomarnos a ella, el camino sigue siendo arduo y peligroso, pues a cada tramo debe renunciarse al dinero fácil. Como este que gano ahora solo para demostración que "los viejos los cerros y reverdecen" y podría ser ahondar en el México siglo XX y XXI desde donde nuestros catedráticos ni imaginan:

La Cumbia, cuyo nombre viene quizá de "baile de negros" o "escandalizar" o “tambores”, nació en
Colombia dos, tres siglos atrás o más, y en México era conocida desde los años 1940, cuando los
ritmos afroantillanos causaban furor entre nosotros.
Aparecieron grupos mexicanos que le daban un toque propio, a veces con gran éxito no solo de
público sino también puramente musical, dándose a conocer en otros países. Pero no fue sino
hasta 1995 cuando artistas colombianos se instalaron aquí para romper records. Los comandaba
Humberto Pabón Olivares, un percusionista y vocalista que dio forma al conjunto Cañaveral con
apoyo de Discos Orfeón. 

Cañaveral, mercados internacionales, intimidades musicales
Se vive entonces una intensa internacionalización de los mercados musicales, que se refleja
en los medios electrónicos, y Humberto Pavón y su gente pronto dan giras por Estados
Unidos y algunos países latinoamericanos.
· Llevan con ellos un tesoro de percusiones y giros rítmicos que Colombia descuida y
pueden atraer así a sectores populares ávidos de expresiones que les permitan recrear
nuevas experiencias vivenciales, reivindicandose con ellas.
Las y los mexicanos que llevan décadas cruzando las fronteras de la Unión Americana,
como parte de un fenómeno cada vez más extendido también por el centro y sur del
continente.
Sus letras e innovaciones instrumentales, permiten a Cañaveral presentar composiones que
pueden competir con géneros tan exitosos como el reegueton.
Contribuye a ello los aportes de los grupos mexicanos, con sus variadas, propias
contribuciones.
Cañaveral puede de esa manera reclamar un lugar personal.
BUSCAR MÁS SOBRE LO QUE APORTA. CAÑAVERAL.
La frescura y el impetu juvenil de los hijos del mismo don Humberto: los nombres de ellos.
Hay en ellos un nuevo empuje, empezando ya con sus voces y juventud.

Pregunto a mi compañero laboral si hay problema en airear a las televisoras sin cuya participación Cañaveral habría sido nada, espero uno respuesta negativa. Porque Telerisa y Discos Orfeón tienen un origen común en el porfiriato: la familia Azcárraga.

 

 

 
 

 

 

 

 
 

 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Una lista de reproducción del Mr.

 Es para mí, no sé por qué lo comparto, jjj.


Le echó pantalones requinteando con ese man, jeje.




 





-0-

Extra: Traveling Wilburys, con el Mr., claro.





lunes, 18 de octubre de 2021

La Última Gira, nueva etapa

 


 

Continuamos con la primera emisión de América en Crisis, espacio virtual que se trasmitió durante ocho meses.


 

 
 

 El once ideal

Este Un largo viaje quiere ser ahora cuaderno y no más blog donde apuntar. Si lo consigue -como si necesitara gran cosa para lograrlo, jeje...