Estoy aburrido de mis autoconmiseraciones. Vaya aquí la última, de este ciclo, jeje, que viene bien al personaje perder pie en el alambre. La amita no lee estas notas y si lo hiciera le saldrían sobrando pues me sabe al derecho y al revés.
-Que haga su circo -pensaría. -Lo conforta.
¿Daño?, ¿lo que se presume desahuciado, según entiendo cada día mejor por cómo otros se comportan conmigo? Otros, no todos, ni siempre, reparo ahora recordando apenas ayer o dos días atrás o una semana a lo sumo.
¿Alucino? No, los mensajes son claros. ¿Desde hace cuánto?
Deshecho la mala fe en tanto motivo. Realmente están convencidos.
Me refiero a estar activo, pues no hay forma de negarlo: me pinchan y grito. Sigo vivo, dan por descontado, ¿sino a quien enviarían las señales?, ni que se hubieran vuelto locos, y locas, añado respetando géneros. Espera, yo, preciso: lo dicen involuntaria y hasta inconscientemente tal vez, incluso si me piden encargarme de esto o aquello o envían invitaciones a mi nombre para acompañarlos en un emisión virtual o a bailar o ayuntarnos -en gustos se rompen géneros y aun el tufo a sepultura excita (empiezo a contradecirme, así que paro, jeje).
Todo lo Tic lleva música y de preferencia a este Mr.
Eso seré, según parece: daño colateral de la crisis con pandemia; otro, entre muchos.
Estaba advertido y por ello hago cuentas regresivas cada tanto: tres, dos, uno...
¿Convertir a Rancho Tic en una simple salida? Según ella los abuelos adoptivos merecen sueldo y prestaciones y como lo soy de su N...
No habrá más planes Ecatedeath, pues. Bueno, puedo pedir remuneración allí, envileciendo el propósito.
Los principios cuestan. ¿No importa cuánto?
¿Ven, nietos reales y adoptivos? Necesito mis cosos cuadernosos también como orejas. ¿Sirvo para ilustrar el entorno?
Llama Él.
-Ven a comer. Hay trabajo para ti.
Rascamapache o Suertudo llevo por nombre, sí. ¿Y los demás en situación parecida?, ¿allá ellos?
Para referenciarme busco el número de muertos en Colombia ayer.
¿Y hoy?
-0-
Los cercanos, y eso es elocuente, ¿no?, llevan rato tratándome como al anciano a quien pasean de vez en vez. El resto no me conoce o tuvo tratos conmigo cuando Noe nos subió al arca, según afirman, pues no recuerdo un evento parecido ni al susodicho.
En fin, para qué pelear, si yo quiero también dedicarme a las bancas, los céspedes retozadores y uno que otro columpio. Perdón, amita: tengo deudas con el parque de mi infancia. Te escribiré, prometo, mañana, tarde y noche, enamorado, obviamente y siempre más.
Nos gusta mucho esta canción, ¿verdad? Sus razones habrá.
"Cómo es mejor el verso aquel..." De aquí a diez años seré un auténtico príncipe azul. Con N seguiré jugando, que hay roles irrenunciables.
Daré click a publicar, la notita, digo, por el efecto de eco.